Como las ciudades con gran densidad de población están experimentando en los últimos años un colapso circulatorio y una alta contaminación, priorizan, por encima de la construcción de nuevos aparcamientos, todas aquellas medidas que premien que los ciudadanos se desplacen a pie, en transporte público o utilicen otros medios de transporte eficientes y ecológicos como la bicicleta.
Cada vez resulta más difícil moverse en vehículo privado los días laborables en una gran ciudad. Lo que el navegador del coche te marca como cinco minutos se convierte en 20 minutos reales. Este motivo y el aumento exponencial de la contaminación de las grandes urbes es lo que ha obligado a los planificadores a tomar medidas para promover hábitos de vida más saludables entre sus ciudadanos.
Esta es la tesis a la que apuntan recientes informaciones aparecidas en los periódicos The Guardian y El Diario.es. Escriben que en las ciudades de alta densidad de población como San Francisco y Filadelfia (Estados Unidos), Copenhague (Dinamarca), París (Francia), Sao Paolo (Brasil) o Pekín (China) se está priorizando el transporte verde al vehículo de motor.
Una prospección que está totalmente en la línea de lo que hace unos meses publicaba la Asociación Española de Aparcamientos y Garajes en el último número de la revista “Aparcar” y que en este blog publicamos con el título “La bicicleta como futuro de los parkings”.
Si hace unos años los ayuntamientos promovían la construcción de estacionamientos en superficie o subterráneos, atendiendo al crecimiento del uso del vehículo privado, ahora la prioridad respecto al ámbito del estacionamiento público es la gestión inteligente del espacio para aparcar.
“Smart parking” como solución a la congestión
Todas las grandes ciudades están apostando por la instalación de sensores en las calles que faciliten a sus ciudadanos encontrar aparcamiento fácilmente.
La ciudad no se puede permitir coches dando vueltas durante largos periodos de tiempo para encontrar un hueco donde estacionarse. Esto genera costes económicos y medioambientales que actualmente pueden calificarse como insostenibles. Una tesis que hace años que sostiene el teórico Donald Shoup en su libro “The High Cost of Free Parking” (en español, “Los altos costes del aparcamiento gratuito”).
Ciudades como Barcelona, Chicago o Sant Francisco son pioneras en la instalación de la tecnología necesaria para gestionar de un modo más eficiente el aparcamiento público. El mes pasado, Buenos Aires se añadió a la larga lista de ciudades que ya cuentan con un sistema de aparcamiento inteligente.
Convi, empresa que se dedica a la gestión de parkings desde hace más de diez años, apuesta por el uso de la tecnología para resolver la congestión de las ciudades y confía en la adaptación del sector del aparcamiento a la nueva situación que se genere en los próximos años.